A pesar de que recibir el diagnóstico de TEA puede generar reacciones de confusión, vergüenza o dificultades de aceptación, para muchas mujeres tiene impacto positivo sobre su bienestar emocional y en su autoestima, especialmente cuando confirma una sospecha que ya existía. En estos casos, a menudo refieren sentimientos de orgullo, alivio y validación social por ser finalmente visibilizadas y comprendidas (Baldwin y Costley, 2016).